¿Cualquiera puede tener un seguro de vida?

Antes de firmar un seguro de vida es importante leer bien todo lo que incluye y excluye esa póliza. El objetivo principal al contratarla es proteger a la familia en caso de que el asegurado fallezca o sufra una incapacidad. Y es que no solo hay excepciones a la pregunta de si cualquiera puede tener un seguro de vida sino que, además, puede ser que te oferten contratarlo pero con una sobreprima o dejando fuera ciertas enfermedades, hábitos y circunstancias.

Para contratar un seguro de vida riesgo que cubra el fallecimiento o la invalidez, es necesario que el asegurado cumpla una serie de requisitos respecto a su profesión, edad, deportes o actividades que practica y estado de salud.

 

Exclusiones en los seguros de vida

Hay circunstancias de una persona que pueden impedir que contrate un seguro de vida totalmente acorde a sus necesidades. Por ejemplo, si el interesado en el seguro ha padecido una enfermedad muy grave como el cáncer, habrá aseguradoras que no quieran asegurar a esta persona. La razón es el elevado riesgo que existe de que esta enfermedad vuelva a manifestarse en un periodo de tiempo relativamente corto.

En estos casos, el consumidor podrá contratar una póliza, pero se verá obligado a excluir ciertas causas de la cobertura de fallecimiento. De esta forma, quien haya padecido cáncer no percibirá el dinero de su póliza de seguro de vida si su fallecimiento se debe a esta enfermedad.

 

Las exclusiones se hacen con enfermedades, la práctica de algunos deportes o el desempeño de ciertas profesiones de alto riesgo

1.- Profesión

No pueden hacerse un seguro de vida estándar, aquellas personas que desempeñen un trabajo arriesgado. En España se consideran profesiones de riesgo:

  • Personal de vuelo: pilotos, asistentes de vuelo…
  • Fuerzas y cuerpos de seguridad del estado: policías, guardias civiles, militares…
  • Personal que maneja explosivos o materiales inflamables
  • Mineros y buzos
  • Empleados de plataformas petrolíferas
  • Bomberos
  • Toreros y otros trabajos realizados con la tauromaquia
  • Artistas de circo
  • Espeleólogos
  • Actores con riesgo (por ejemplo, los dobles de acción)
  • Pilotos de automoción
  • Boxeadores
  • Ciclistas
  • Jockeys profesionales

 

2.- Deportes

Los deportes de alto riesgo en España son actividades o disciplinas actualmente existentes pero que, debido a condiciones especiales o circunstancias particulares implícitas como el riesgo y la dificultad para realizarlos, se les consideran extremos. Si se practican con asiduidad o formar parte del profesión del asegurado, suelen quedar excluidos en la póliza. Se habla de:

  • Paracaidismo. Es uno de los deportes extremos que cuenta con una enorme oferta. Desde cualquier ciudad puedes subirte en una avioneta y tirarte a partir de 3.000 a 5.000 metros de altura para vivir los minutos más impresionantes de tu vida, con unas vistas grandiosas y el corazón palpitando enérgicamente. Pero también implica riesgo.
  • Puenting. España está llena de puentes gracias a los numerosos ríos y montañas, lo que convierte a nuestro país en un espacio perfecto para el puenting, una práctica extrema que no requiere de preparación y es bastante asequible para el bolsillo.
  • Escalada. Este deporte extremo requiere de una gran preparación y conocimiento del terreno para que sea seguro. Escalar una montaña utilizando solo tus manos y tus pies, superándote a ti mismo en cada paso, es una de las emociones más poderosas pero, por desgracia, también peligrosa.
  • Rafting. Si lo que deseas es tener mucha emoción, uno se puede enfrentar a las corrientes más fuertes de los ríos uno de los deportes de alto riesgo en España, atravesando sus rápidos. Pero siempre hay que ir con expertos.
  • Rápel. Consiste en descender, con la ayuda de una cuerda, por una superficie vertical. Aunque no requiere un entrenamiento determinado, los riesgos de caídas que implica son elevados.
  • Esquí y Snowboarding. Deportes extremos de montaña que se trata de deslizarse sobre la nieve usando dos tablas o una tabla, que van sujetas a las botas mediante unas fijaciones. Se incluyen todas las modalidades: esquí alpino o de descenso, esquí de travesía o nórdico, freestyle o de piruetas en el aire.
  • Surf. Para los que les gusta más la arena y las olas. Este deporte extremo radica en embaucarse en una ola y hacer giros en ella situándose de pie en una tabla. También se puede hacer incorporando una vela (Windsurf), o agarrado por medio de cables y mediante un enganche a una cometa de tracción (Kitesurf).
  • Descenso en bicicleta de montaña. Consiste en montar una bicicleta de montaña en terreno empinado, brusco que suele contar con saltos, descensos, jardines de rocas y otros obstáculos. Las bicicletas de descenso son muy pesadas ​​y  fuertes que se deslizan velozmente sobre las rocas y las raíces de los árboles.
  • Volando wingsuit (o wingsuiting ). Esta actividad deportiva que se trata de volar por el aire utilizando un traje con alas, que se suma a la superficie del cuerpo humano para así permitir un aumento importante en la elevación .

Resumiendo: los deportes extremos son muy gratificantes para algunas personas por la adrenalina que estos generan en el cuerpo, pero no debemos olvidar los altos riesgos que estas actividades deportivas generan en la vida humana. Por eso, es importante siempre estar prevenido ante cualquier posible daño que los mismos puedan ocasionar, asesorándote con profesionales para asegurar su vida y el de su familia.

 

 

3.- Estado de salud

Uno de los más requisitos más habituales de las aseguradoras para contratar una póliza de vida es pasar una selección de riesgos donde se deja constancia de nuestro estado de salud y así evitar el fraude. No son una práctica exigida por la Ley 20/2015, de 14 de julio, de ordenación, supervisión y solvencia de las entidades aseguradoras y reaseguradoras, pero es común que las aseguradoras obliguen a los clientes a pasar por un reconocimiento médico u otras alternativas mucho más rápidas y sobre todo menos costosas. Normalmente este documento se suele pedir atendiendo a varios criterios que, por lo habitual, son la edad y el capital que queramos asegurar. Para que podamos adquirir el seguro, tendremos que esperar a la evaluación del médico, que tendrá que emitir un informe positivo sobre nosotros. Toda la información sobre el tema aquí.

 

 

4.- Edad límite

Por norma general las personas que tienen entre 30 y 40 años son las que más se decantan por contratar una póliza de este tipo. Sin embargo puede ocurrir que necesitemos un seguro de vida a una edad mayor. Es aquí cuando suelen llegar los problemas. La mayoría de las aseguradoras tienen una edad límite para la contratación de estos seguros. También fijan otra edad máxima en la que las personas pueden disfrutar de estas coberturas.

Lo normal es poder contratar un seguro de vida hasta los 64 años, y que la coberturas añadidas a la póliza estén vigentes hasta los 70 o 75 años.

Todo depende de la aseguradora con la que se contrata, pero lo habitual es que los seguros de vida cubran el fallecimiento y nuestras necesidades hasta los 70-75 años aproximadamente.  Entonces, pasada esta fecha, ¿qué ocurre con nosotros y con nuestros familiares? La compañía en cuestión rescinde el contrato y ya no podremos disfrutar de nuestro seguro de vida. Sin embargo, cada vez con más frecuencia las personas mayores demandan a las aseguradoras nuevas pólizas que cubran sus necesidades y las de los suyos a una edad más avanzada.

Debido a esta gran demanda, hay aseguradoras que en la actualidad han incluido otras modalidades de pólizas que elevan la edad de los asegurados para poder contratarla. De esta forma, están totalmente cubiertos por si algo malo les sucediese. Los seguros conocidos como pólizas para mayores de 65 años aumentan la edad de contratación a los 70 o 75 años y ofrecen prácticamente las mismas coberturas que los tradicionales.

certificado médico en seguros de vida
Imagen: Pexels

Alternativas para estar totalmente protegidos

Las pólizas de vida estándar no cubren todos los supuestos, porque como se ha explicado hay circunstancias especiales que se conocen como riesgos agravados. Si la aseguradora acepta firmar la póliza en estos casos, estas coberturas se recogen en sobreprimas y extraprimas. De hecho, la mitad de los españoles tienen una póliza de estas características sin conocerlo.

La sobreprima de un seguro de vida sirve para asegurar todo aquello relacionado con los riesgos agravados. Suelen hacer referencia a la profesión, la práctica de ciertos deportes, la edad del asegurado o su estado de salud. Interesa para quedar completamente protegidos en el caso de que el asegurado responda a alguna de estas circunstancias.

La extraprima, por su lado, hace referencia al aumento de riesgo cuando la póliza en cuestión ya se ha contratado. Por ejemplo, si una persona contrató un seguro de vida con 30 años y ahora tiene 70, se deberá abonar una prima extra por el aumento de riesgo. Por otro lado, si esta persona con 30 años contrata un seguro de vida sin padecer ninguna enfermedad y posteriormente se le manifiesta alguna, también supondrá un aumento del riesgo y se aumentará la cuota a pagar.

 

Descubre cómo podemos ayudarte si contratas con nosotros. Recuerda que el comparador más completo del mercado en seguros de vida puede ayudarte a ver los precios de las diferentes aseguradoras y las coberturas que incluyen porque casi cualquiera puede tener un seguro de vida.

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